El portal del Rosario es una pequeña joya arquitectónica que Gaudí terminó en 1897 como muestra con el objetivo de que quienes continuaran el proyecto tuvieran un ejemplo a seguir;lo que lo hace especialmente importante para el equipo de la Oficina Técnica, que pretende siempre ser lo más fiel posible al proyecto original.  

El portal se sitúa en el lado derecho de la fachada del Nacimiento. Se trata de un espacio de paso hacia el sector del claustro que recibe el mismo nombre, el claustro del Rosario. A pesar de todo, al no haberse terminado todavía las obras del templo (el resto de este claustro conectará la fachada del Nacimiento con la futura sacristía de este lado), en su momento Gaudí aprovechó este espacio y colocó una pila bautismal. Así, y de manera temporal, convirtió el primer módulo del futuro claustro del Rosario en un baptisterio provisional. 

La puerta de entrada se sitúa en la base cuadrada de la torre lateral de la fachada del Nacimiento, dedicada al apóstol Matías. La puerta queda girada y, de esta manera, se forma un espacio triangular que Gaudí cubrió con una linterna que tiene un sistema doble de columnas, exteriores e interiores. La filigrana decorativa de toda la capilla es realmente excepcional y, en este caso concreto, podemos ver cómo Gaudí, investigando el movimiento de las hélices, hace el fuste de las ocho columnas interiores con texturas helicoidales diferentes, como si fuera un antecedente al descubrimiento de su famosa columna del doble giro. 

Descubrimos el portal del Rosario 
Cupulí del claustre del Roser.

En el lado izquierdo de la fachada del Nacimiento, y de manera simétrica, hay un espacio similar que Gaudí quiso dedicar a la Virgen de Montserrat. También en la fachada de la Pasión, hay dos portadas que comunican la fachada con el claustro a cada lado y que están dedicadas a la Virgen de las Mercedes y de los Dolores, respectivamente. En el caso de la entrada al claustro de los Dolores, además, el visitante ya puede percibir su función de paso comunicador hacia la sacristía de Pasión con el nombre de «Camino de la liturgia». Este claustro se aprovecha desde el punto de vista expositivo para mostrar al visitante objetos diseñados por Gaudí relacionados con la liturgia. 

A pesar de que estos espacios sean de paso, Gaudí hizo que fueran identificables como tal desde el exterior. Así, en el caso de la fachada del Nacimiento, quedan destacados por sendos y esbeltos cupulinos suspendidos sobre finas columnas, y un par de puntas más destacan y flanquean la fachada.

Descubrimos el portal del Rosario 
La llanterna del portal del Roser.

LA MAGNITUD DEL TRABAJO ESCULTÓRICO 

Potser, malgrat tot, el que més valor té en aquesta portalada del Roser és l’excel·lent treball escultòric. Presideix l’escena la  Mare de Déu del Roser, dreta amb el nen en braços, amb sant Domènec i santa Caterina a costat i costat. Té als peus una esfera polièdrica on les cares són estrelles. Com que aquesta esfera està buida per dins, les estrelles destaquen sobre la foscor interior en una mostra d’un  treball artesanal realment destacable. De manera semblant és feta la llegenda que dibuixa l’ogiva principal de la portalada, «Sancta Maria Mater Dei», en què les lletres de la inscripció també destaquen sobre la foscor dels buidats posteriors. També s’han fet així totes les roses i fulles de roser que hi ha per tot arreu i que fan honor al nom de la dedicació del portal. Les quatre figures de les fornícules del nivell inferior són els  reis David i Salomó,  d’una banda, i  Isaac i Jacob  de l’altra. Tant els noms com els dossers que coronen aquestes escultures són fets amb aquest mateix relleu.

Escultures de la Verge del Roser amb el nen Jesús als braços, als dos costats hi ha Sant Domènec i Santa Caterina, situats al timpà de la porta del claustre del Roser.

Los demás conjuntos escultóricos que completan el portal son, por un lado, la escena de la muerte del justo, con un rosario en las manos, asistida por Jesús, María y José, bajo la inscripción latina pertinente «et in hora mortis nostrae, amen», y por otro lado, la representación de las tentaciones o del mal: a un lado hay un hombre trabajador al que una diabólica bestia le ofrece una bomba Orsini para llevar a cabo un atentado y, al otro lado, un diablo monstruoso parecido ofrece una bolsa de dinero a una chica para prostituirse. El primero representa el pecado de la violencia. El segundo, el de la codicia. Ambos miran, rezan y se encomiendan a la Virgen María para no caer en estas tentaciones. 

Escultura “La temptació de la dona”, on un monstre diabòlic adopta la forma de peix i tempta una dona amb una bossa de diners, és la representació de la vanitat.
Escultura “La temptació de l’home”. Es pot veure com el diable ofereix a un obrer una bomba Orsini, usada pels anarquistes de principi de segle XX.

El trabajo escultórico de todo el portal es de tal magnitud que parece que rebosa por todas partes, desde los nervios de las bóvedas góticas, los ángeles y los rosarios suspendidos, hasta los trajes de los personajes y las estrellas y la decoración que ocupan todo el paramento. En la parte inferior, incluso, podemos ver un tipo de cenefa que recuerda el trabajo artesano del mimbre y que está aquí por el simple deseo de dar textura y no dejar ni un palmo cuadrado sin trabajo. 

Disfrutad, pues, de este espacio y del magnífico trabajo artesanal con esta fotografía 360° que os permitirá conocer todos los detalles, ¡como si realmente estuvieseis allí!