Junto con la finalización de la torre de Jesucristo y la construcción de las columnas que sustentarán las torres de la fachada de la Gloria, que será el acceso principal a la Basílica desde la calle de Mallorca, actualmente el templo continúa con las obras de construcción de la capilla de la Asunción y el tramo del claustro anexo, que fue concebido por Antoni Gaudí como un lugar de recogimiento y aislamiento del ruido de la ciudad
Una capilla dedicada a la Virgen María
En la mitad del claustro paralelo a la calle de Provença, detrás del ábside, Antoni Gaudí decide construir una capilla de planta cuadrada dedicada a la alabanza de la Virgen Maria. Uno de los elementos más característicos de la capilla es la cúpula azul de 30 metros de altura, que representa el manto de la Virgen, sostenido por cuatro ángeles. Como si de una capa para guarecerse del frío o de la lluvia se tratase, el manto simboliza la protección de María a los que lo necesitan.
Para hacer la cúpula, Gaudí tomó como referencia la litera de la Virgen María que esculpió Lluís Bonifaç en la catedral de Girona (una litera o cama es donde tradicionalmente reposa la Virgen antes de la asunción al cielo). Lo explica el arquitecto en una conversación con Martí Mantlleu en 1922, publicada en la revista Temple.

A la izquierda, las imágenes de la cama de la Virgen de la Asunción de Lluís Bonifaç y de la figura de la Virgen de la Misericordia de Reus. En el centro, el esbozo de la capilla de la Asunción de Antoni Gaudí publicado en 1929 en la revista Temple, con el estudio interior de las líneas de fuerzas. A la derecha, la recreación virtual de la capilla terminada.
Junto con la construcción de los cimientos de la capilla, actualmente se están elaborando algunos elementos escultóricos interiores, dedicados a la vida terrenal de la Virgen María, y exteriores, que son una glosa (alabanza) a la Virgen de la Misericordia, patrona de Reus, ciudad natal del arquitecto. Para hacerlos el templo ha seleccionado por concurso las propuestas artísticas de Mercè Riba, Béatrice Bizot y Teresa Riba, tres escultoras con taller en Catalunya.
De este modo, en el interior Mercè Riba se encarga de los bajorrelieves que ilustran cuatro escenas de la vida de la Virgen: la presentación de María en el templo de Jerusalén, las bodas de Caná, la muerte de San José y la dormición de María. En el exterior, sobre las dos puertas de acceso, se ubican las figuras de dos santos que dedicaron su vida a los más necesitados: san José Oriol, también de Mercè Riba, y san Roque, de Béatrice Bizot. Por su parte, Teresa Riba es la autora de los cuatro ángeles que sostienen el manto azul de la Virgen María.
¿Cómo es, sin embargo, el proceso de creación de estas esculturas y cómo se pasa del barro a la forma final en piedra?

Dormición de María: hace referencia al final de la vida terrenal de la Virgen. Según la creencia, antes de ascender al cielo, María no murió, sino que se durmió (de ahí el término dormición, de origen latino). En la Iglesia católica este hecho se celebra el 15 de agosto con la fiesta de la Asunción de María.
Proceso de creación de las esculturas
1. Modelo de barro
En primer lugar, las artistas modelan sus figuras en maquetas de barro o similar, respetando el lenguaje simbólico que definen las comisiones teológica y artística del templo.

Modelo de barro de uno de los cuatro ángeles exteriores de la capilla de la Asunción. Obra de Teresa Riba.

Modelo de barro de uno de los cuatro ángeles exteriores de la capilla de la Asunción. Obra de Teresa Riba.

Modelo de barro del retablo interior de las bodas de Caná de la capilla de la Asunción. Obra de Mercè Riba.
2. Escaneo
Posteriormente, un escáner permite pasar los modelos del barro al ordenador. Gracias a la digitalización, se pueden analizar las figuras en detalle y ver cómo se integran en el conjunto arquitectónico. En este momento es cuando se realizan posibles ajustes para que la escultura encaje milimétricamente en el espacio donde se ubicará, una tarea que lleva a cabo el equipo de proyectos de la Sagrada Familia, coordinado por el arquitecto Xisco Llabrés. Seguidamente, se envía el archivo virtual de la obra al taller para transformarla en piedra.

Escaneo del modelo de barro de la escultura de san Roque, de Béatrice Bizot, que se ubicará en una de las puertas de acceso de la capilla de la Asunción
3. Desbaste de la piedra
Les propostes artístiques es traslladen a la pedra al taller de Granits Barbany, una empresa familiar de Llinars del Vallès que des de fa anys col·labora amb la Sagrada Família. En primer lloc, un robot s’encarrega de desbastar-la, és a dir, de rebaixar un gran bloc de roca per obtenir una primera silueta del que serà l’escultura. Mitjançant un programa informàtic, s’indica a les màquines com s’han de posicionar per treballar la pedra, una tasca dura i exigent que abans es feia a mà.


4. Matices
Una vez terminado el trabajo mecanizado, es el momento de los trabajos manuales. Los canteros se encargan de dotar a las esculturas, poco definidas por las máquinas, de los matices y el carácter que busca la artista, una tarea que no ha cambiado y sigue siendo necesaria, como explica Arnau Barbany, última generación del negocio familiar. Barbany explica que los canteros son «como las manos de la artista».


5. Almacenamiento hasta la colocación final
Si se necesita, la escultora hace los últimos retoques en la piedra y, finalmente, la pieza terminada se lleva al centro de producción de Galera, en el término municipal de Gaià (Barcelona), donde se almacena hasta que se coloca en su emplazamiento final.

Los artistas y modelistas, imprescindibles para la prueba y la corrección
En el proceso de creación de la capilla de la Asunción y sus esculturas también cabe mencionar la labor de los artistas y modelistas del templo, que trabajan en permanente colaboración con los arquitectos.
Los modelistas son los encargados de elaborar prototipos a escala de lo que se construye en la Basílica y los elementos decorativos. Lo hacen siguiendo el método empírico de Antoni Gaudí, basado en la prueba y la corrección para alcanzar la perfección. Con esta metodología, el arquitecto podía experimentar con nuevas formas o ver cómo se comportaba lo que proponía cuando se exponía a la luz, cuestiones que no se pueden ver en planos, sino en maquetas de tres dimensiones.
Los artistas, por su parte, son los encargados de añadir a las maquetas todos aquellos elementos manuales que no se pueden crear con programas informáticos ni impresoras 3D, como las esculturas o los elementos de los terminales.
Generalmente, Gaudí encargaba modelos de yeso a escala 1:25, una dimensión que le permitía obtener un detalle considerable de lo que estaba ensayando. Sin embargo, cuando lo necesitaba, hacía modelos a escala 1:10, es decir, tan solo diez veces más pequeño que la realidad, los cuales ofrecían todavía más precisión. Así es como trabajaba el arquitecto y así es como se trabaja aún en la construcción del templo.
