Armand Puig i Tàrrech es presbítero, doctor en Ciencias Bíblicas y actual presidente de la Agencia de la Santa Sede para la Valoración y la Promoción de la Calidad de las Universidades y Facultades Eclesiásticas, con sede en Roma. Ha sido decano de la Facultad de Teología del Ateneo Universitario Sant Pacià, en Barcelona, y rector del propio ateneo. También ha coordinado el equipo de traducción de la Biblia Catalana Interconfesional. La proximidad geográfica de su tierra natal, la Selva del Camp, con la de Antoni Gaudí fue la chispa que le empujó a interesarse por su vida y estudiarlo. Su último libro, Antoni Gaudí, vida i obra(Pòrtic, 2024), es una de las biografías más completas del arquitecto; un trabajo que ha sido galardonado con el premio Abad Marcet 2025. Anteriormente ya había publicado La Sagrada Família segons Gaudí y Arquitectura i símbol a la Sagrada Família. Actualmente también es miembro de la Comisión Teológica de la Sagrada Familia. Aprovechando la llegada del Año Gaudí 2026, nos reunimos con Armand Puig en la parroquia de la Basílica dels Sants Just i Pastor, en Barcelona, de la que es rector, para hablar sobre la vertiente profesional y personal del arquitecto.
Niñez e inspiración
¿Cuál era el vínculo de Gaudí con el Camp de Tarragona?
La familia de Gaudí era de dos procedencias. De parte paterna venían de Riudoms, donde estaba la casa solariega, y por parte materna venían de Reus. Así pues, su identidad es de Reus y de Riudoms a la vez. En cualquier caso, Gaudí nació el 25 de junio de 1852 en la ciudad de Reus y fue bautizado el día siguiente a la parroquia prioral de Sant Pere de la misma ciudad.
¿Cómo fue su infancia y cuáles son sus orígenes familiares?
Gaudí, que fue el último de cinco hermanos, tuvo una infancia tranquila. Venía de una familia de menestrales, es decir, no eran campesinos ni pastores, sino que tenían un oficio que permitía una cierta posición social, más bien media-baja. Sus padres eran gente conocida, y el imaginario de la ciudad de Reus y de la villa de Riudoms lo marcaron. Por lo tanto, la infancia de Gaudí es una especie de gran esponja de la que él fue asimilando costumbres, tradiciones, devociones, maneras de hacer y posteriormente la enseñanza, que hasta los nueve años tuvo lugar en una escuela del maestro Berenguer y hasta los dieciséis en los escolapios de Reus.
Por lo tanto, a pesar de no proceder de una familia acomodada, sus padres promovieron su formación
No tenemos mucha información sobre sus padres, pero sí sabemos que dieron formación a sus hijos. Cuando Gaudí tenía dieciséis años, la familia vendió la casa de Reus y se trasladó a Barcelona. Se mudaron el padre, la madre, las tías, su hermano Francisco y su hermana Rosa.
«La infancia de Gaudí es una especie de gran esponja de la que él fue asimilando costumbres, tradiciones, devociones y maneras de hacer»
¿Por qué deciden marcharse a Barcelona?
Yo pienso que es porque querían dar una buena formación a los hijos. El mayor quería estudiar medicina en el Clínic y el pequeño, Antoni Gaudí, era bueno para la geometría, que no deja de ser la madre de la arquitectura porque es de donde salen todas las figuras geométricas, como los paraboloides o hiperboloides. El primero en detectar que ese niño tenía un don para la geometría fue el escolapio Pere Sallarès, y eso que tampoco era un estudiante brillante en todas las materias. Los genios siempre vuelan a una altura superior, y a Gaudí lo que realmente le interesaba era la geometría, es decir, la arquitectura. Ya desde pequeño llevaba la vocación dentro.
De hecho, cuando se graduó en Arquitectura, el director de la escuela dijo: «Hemos dado el título a un loco o un genio, el tiempo dirá». ¿Usted qué piensa?
Son nuestros lectores quienes deben sacar sus propias conclusiones (esboza una sonrisa). Yo pienso que un loco suele hacer locuras, un genio hace genialidades. Lo que pasa es que dentro de un genio siempre hay un punto de locura, porque también hay una gran creatividad. Pero, vaya, para mí, Gaudí era un genio.
«De pequeño ya era bueno para la geometría, que es la madre de la arquitectura»
Gaudí tuvo una salud débil de niño, por lo que necesitó pasar períodos de convalecencia que le permitían observar su entorno. ¿Cómo diría que este hecho afectó a su niñez y cómo influyó en su posterior carrera como arquitecto?
Gaudí era una persona que observaba mucho las cosas. No podía jugar mucho a la pelota o practicar otros deportes porque tenía una salud débil y reuma en los pies. A veces lo llevaban al mas de la Calderera, en Riudoms, con una burrita para que no tuviera que caminar. Ahora bien, la observación no depende de si estás o no enfermo, la tienes o no la tienes. Y Gaudí la tenía. Una anécdota que se le recuerda de niño es cuando preguntó por qué las gallinas son aves que tienen alas pero no vuelan. Es la reflexión propia de un niño con unos ojos que lo captan todo. Él lo que veía de pequeño lo iba reelaborando, y quizás le salía de nuevo a los 20, 30, 40 o 50 años. Sus ojos azules verdosos eran ojos penetrantes.
«Gaudí era muy observador. Sus ojos lo captaban todo»
¿Diría que el oficio de caldereros de la familia también influyó en su desarrollo como arquitecto?
Ciertamente. Un calderero necesita imaginar que una superficie plana se convertirá en una superficie con altura, anchura y profundidad. Él, como hijo de caldereros, está acostumbrado a pensar los objetos así, con tres dimensiones. También tenía una rama de la familia que eran pescadores en el Serrallo, en Tarragona, así que el mar será otro de sus grandes referentes visuales. La calderería y el mar funcionan mucho en Gaudí porque le permiten captar la realidad con la profundidad necesaria. Cuando se mira, la Sagrada Familia se ve enorme. En realidad no es que sea tan enorme, pero Gaudí captó tan bien la profundidad que hizo una obra donde el espacio parece más grande de lo que realmente es.
«La calderería y el mar influyen en la percepción de la profundidad de Gaudí»


Recreación del taller de calderería en la casa solariega de la familia Gaudí en Riudoms (izquierda). Vistas panorámicas del Camp de Tarragona con el mar al fondo (derecha)
¿Por qué es importante conocer el entorno donde vivió Gaudí de niño para entender su arquitectura?
Él a menudo se define como un arquitecto del Camp de Tarragona. Tiene como gran referente a Lluís Bonifàs, el gran escultor barroco de Valls, y se inspira en todo el imaginario de colores, formas y texturas que configuran el paisaje de esta zona. Un ejemplo lo vemos en las doce cestas de fruta de la Sagrada Familia, que son las de los árboles frutales que hay en el mas de la Calderera, en Riudoms, y las castañas, que vienen de las montañas de Prades. Por lo tanto, la fruta que hay representada en la Basílica es la que él pudo cosechar, tocar y comer de pequeño.
«La fruta que está representada en la Sagrada Familia es la que Gaudí pudo cosechar, tocar y comer de pequeño»


Almendro (izquierda) y cesta con almendras en la nave lateral del lado de la fachada de la Pasión de la Sagrada Familia (derecha)
¿Con qué se inspira Gaudí para hacer la Sagrada Familia?
La inspiración de la Sagrada Familia es múltiple, pero una de las fuentes más claras se encuentra en el proyecto de las Misiones Católicas Franciscanas de Tánger, en África. En 1893, Gaudí comenzó a esbozar este proyecto, que aunque nunca se llegó a hacer, guardaba en su taller. Isidre Puig i Boada y otros arquitectos vieron el dibujo antes de que quemara en 1936, del que se conserva una fotografía.

Fotografía del dibujo de Antoni Gaudí del proyecto de las Misiones Franciscanas en Tánger
¿Y la naturaleza?
Él dice que su maestra es la naturaleza, que es obra de Dios y que el arquitecto debe recrear. En la Sagrada Familia trabaja mucho con modelos naturales, hasta el punto de que cuando tienen que hacer el conjunto escultórico de la Huida a Egipto cogen un burro, lo suspenden en el aire y le hacen el molde. Gaudí es un hipernaturalista.
¿Qué papel jugó la religión dentro de la familia?
Gaudí es una persona naturalmente religiosa. Sus padres lo llevaron a la escuela de los escolapios, donde participaba en las celebraciones religiosas, y a lo largo de su vida tendrá muy presente a la Virgen, sobre todo la de Misericordia de Reus. Igualmente, cuando se prepara para la primera comunión descubre el catecismo con el Arzobispo Costa i Borràs, unas enseñanzas que luego inspiran la fachada de la Gloria. Cuando llega a Barcelona, esa fe de niño entra en una cierta crisis, como es normal y habitual en el joven que llega a la gran ciudad y va a la universidad. Pese a ello, en 1883 le preguntarán si se quiere encargar de la Sagrada Familia, una propuesta que no es inocua y que requerirá dar respuestas que estén a la altura. Podemos decir, pues, que esta semilla de niño germinará de adulto y se convertirá en un gran fruto.
Ha dicho que Gaudí tenía devoción por la Virgen de Misericordia de Reus. ¿Qué relación tiene esta virgen con la capilla de la Asunción que se está construyendo actualmente en la Sagrada Familia?
Como toda la gente de Reus, Gaudí de niño iba al santuario de Misericordia muy a menudo para celebrar la fiesta patronal, peregrinaciones, misas... Este espacio es un referente espiritual, mental y visual para él. Por eso decidió dedicar la capilla de la Asunción de la Sagrada Familia (la que se está construyendo detrás del ábside) a la Virgen de Misericordia. En la cúpula descubrimos el perfil de la virgen. Gaudí también realizó un estandarte para la coronación canónica de esta Virgen en Reus que él y otros residentes de la ciudad ofrecieron durante una peregrinación. Esta obra se destruyó en 1936, pero se conservan fotos de ella.
¿Cómo definiría su estilo?
Gaudí absorbe y sintetiza los estilos arquitectónicos de la historia humana; desde los egipcios, pasando por los griegos, romanos, bizantinos y llegando al románico y al gótico. Él, un joven de Reus, llega un momento en el que dice que en Barcelona lo que se hace es un «mejoramiento del gótico», que es el arte europeo que ha durado más siglos. Esta afirmación puede parecer pretenciosa, pero Gaudí no era pretencioso. Lo que tenía era un gran sentido de sus posibilidades y de la capacidad que entiende que le ha dado Dios.
Gaudí en Barcelona
Sabiendo que era un hombre de costumbres, ¿cómo era el día a día en la vida de Antoni Gaudí cuando vivía en el Park Güell?
Según lo atestiguan varias personas, de 1906 a 1925 solía levantarse a una hora prudente y salía del Park Güell para ir a la misa de ocho de su parroquia, en Sant Joan de Gràcia. Allí participaba en la eucaristía, donde recibía la comunión. Después de misa iba a la Sagrada Familia, trabajaba, comía frugalmente y por la tarde reposaba un poco. En el bolsillo solía llevar frutos secos que le pasaba el medianero de las tierras de Riudoms, porque son muy nutritivos, no pesan y quitan el apetito. Después caminaba hasta la iglesia de Sant Felip Neri, donde oraba y participaba en las celebraciones. Cuando el día declinaba, caminaba hasta la plaza de Urquinaona, donde compraba la edición del diario La Veu de Catalunya, y continuaba subiendo hasta el Park Güell. A veces, también le acompañaba su amigo Llorenç Matamala. Ya de nuevo en su casa, cenaba de forma austera y se ponía a dormir con la ventana abierta.
Gaudí era un hombre contenido y su horario era prácticamente el mismo cada día, salvo los domingos, que iba a misa a la catedral. Después de misa se dirigía a la escollera, donde miraba el mar y se inspiraba por su volumen. A veces le acompañaba Domènec Sugrañes, quien fue su sucesor. Por lo tanto, era una vida muy típica, repetitiva, pero en la que él fue creciendo en el amor a Dios, hasta el punto de que podemos hablar de un Gaudí místico.
¿Por qué eligió este modo de vida?
De joven no era así: fumaba puros, iba acicalado y se movía en calesa. Era un dandi, vaya. Tras la crisis que tuvo en 1894, cuando decidió hacer ayuno, comenzó a seguir las indicaciones de sus mentores y su vida cambió. Personas como los obispos Grau, Campins y Torras i Bages, así como el padre Casanovas, influyeron en él. Gaudí fue encontrándose a sí mismo en una vida de sacrificio, porque él decía que sin sacrificio no se puede hacer nada, hasta que hacia el año 1900 se desentendió de la vida social y comenzó a vivir como hemos visto.
¿Cómo era el entorno social de Gaudí en Barcelona antes de iniciar esta vida retirada?
Antes de 1900 iba al Liceu y formaba parte de la Associació Catalanista d'Excursions Científiques, actual Centre Excursionista de Catalunya, así como del movimiento catalanista de la Lliga que se interesaba por la historia, el arte y la cultura, como también lo hacían Jacint Verdaguer y Joan Maragall, amigos suyos. De hecho, hay una foto donde se ve a todos estos personajes en un encuentro en Elna. Pero llegó un momento en el que todo esto le empieza a sobrar y pasa a tener un estilo de vida mucho más austero. La santidad fue creciendo dentro de él.
¿Cómo se refleja este cambio de Gaudí en el encargo de la Sagrada Familia, una obra a la que dedicó toda la vida?
Primero, Gaudí dice que puede terminar la Basílica en diez años. Evidentemente, luego rectifica y dice que «el dueño de esta obra no tiene prisa», y pasa a tener una actitud de obediencia a Dios. En ese momento él ya no cree que es arquitecto por sus propios méritos, sino porque existe una gran causa que él no podrá terminar y que deberán completar sus sucesores. Este pensamiento lo tranquilizó porque los mosaicos venecianos que culminan las torres del Nacimiento estuvieron dos o tres años sin llegar, hecho que retrasó la culminación de la torre de San Bernabé, la primera y única que vio en vida. Nunca se le vio inquieto por esta cuestión, sino que mientras esperaba aprovechaba para hacer otras cosas. Por lo tanto, en Gaudí hay una transformación de alguien que ha sabido captar los tiempos de Dios, que no son los tiempos de los hombres.
«En la Sagrada Familia Gaudí sabe captar los tiempos de Dios, que no son los de los hombres».
¿Por qué Gaudí sale representado en dos cuadros en la iglesia de Sant Felip Neri?
En Sant Felip Neri, a la que iba Gaudí asiduamente, se formó un núcleo de artistas católicos vinculado con el Cercle Artístic de Sant Lluc que pensaban que había que dignificar el arte con unos motivos y una estética naturalista que elevara el espíritu. Joan Llimona, que formaba parte de este movimiento artístico y conocía al arquitecto, le quiso hacer un homenaje y lo usó como modelo del santo de los dos cuadros que hay colgados en el interior de la iglesia.


Antoni Gaudí retratado como Sant Felip Neri por Joan Llimona en los cuadros que hay colgados en el interior de la iglesia
Etapa final
Al final de su vida, Gaudí se dedicó en cuerpo y alma a la Sagrada Familia. De hecho, se le recuerda la frase: «No tengo familia, ni amigos, ni fortuna, ni nada. Así puedo entregarme totalmente al templo».
Lo dijo en un momento en el que la familia y los amigos, a los que era muy fiel, fueron muriendo: Eusebi Güell, Torras i Bages, Joan Maragall, la sobrina Roseta... Gaudí, que era un hombre muy sensible, lee esta sucesión de desdichas como una oportunidad de centrar sus esfuerzos en la obra de la Sagrada Familia. Y de ahí que sea tan exitosa, porque piensa en ella día y noche durante varios años. Es así como encuentra la forma para los campanarios, que se han convertido en un símbolo de Barcelona, o la solución de la nave, que es el tercer proyecto y al que llega tres o cuatro años antes de morir. El arte genial y perfeccionista de Gaudí es el resultado del esfuerzo y la inspiración que le da Dios. Él es la conjunción perfecta de las capacidades y del don que recibe.
Con todas las obras que había hecho, ¿cómo murió prácticamente sin dinero?
Fue viviendo y gastando el dinero que tenía; mucho lo cedía para limosnas. Como bienes tenía la casa del Park Güell, la de Reus, el mas de la Calderera y unas pequeñas propiedades en Riudoms que donó para que hicieran un campo de fútbol y la vía de tren Reus-Mora. Además, a partir de 1913 no quiso cobrar ningún honorario por la Sagrada Familia. Murió totalmente desposeído y libre de las cosas materiales de este mundo.

Armand Puig en la parroquia dels Sants Just i Pastor durante la entrevista
A modo de resumen, ¿cómo describiría a Gaudí en una frase?
Gaudí es un genio y un santo. Es un hombre que ha crecido en la santidad y ha manifestado unas capacidades inigualables de creatividad arquitectónica. En cualquier campo hay grandes hombres, pero genios hay muy pocos, y yo creo que Gaudí era uno de ellos. Su obra es el resumen de las dos almas: la del creativo que es capaz de recrear la obra de Dios y la de la persona que es capaz de estar muy cerca de él: de esto, lo llamamos santidad.