La Sagrada Familia se comenzó a construir tal día como hoy hace 136 años. Era el 19 de marzo de 1882, festividad de san José, cuando se colocó la primera piedra en el templo en un acto que contó con todos los honores protocolarios y al que acudieron las máximas autoridades civiles, políticas, religiosas y militares, como bien ilustra un grabado de la época.
Pero, ¿por qué se eligió este día para el inicio de las obras? La elección no fue en absoluto casual, sino que sirvió para otorgarle simbolismo. El promotor del templo, el librero y filántropo Josep Maria Bocabella, era el presidente de la Asociación de Devotos de San José. Bocabella pensó en construir un gran templo con la intención de calmar los ánimos de una sociedad sometida a constantes y frenéticos cambios, y agitada por las revoluciones sociales y tecnológicas de todo tipo que se vivían a finales del siglo XIX. Esta última intención, que es la que todavía hoy justifica la construcción de la Basílica, se ve claramente recogida en el acta fundacional del templo, en la que se puede leer que se quería que la obra «despierte de la tibieza los corazones dormidos. Exalte la fe. Aliente la caridad. Contribuya a que el Señor se apiade del país […]». Este objetivo, deseado y trabajado desde unos años antes, se materializó en una fecha concreta: el 19 de marzo, Día de San José.
Tres años después de la colocación de la primera piedra, y cuando las obras ya estaban bajo la dirección de Gaudí, se inauguró la capilla central de la cripta. De hecho, este acto supuso una de las tres únicas inauguraciones que se han realizado en el templo a lo largo de su historia tras la finalización de alguna de sus partes. Las otras dos tuvieron lugar al acabar la cripta y con el cierre de todo el espacio interior, momento en el que el papa Benedicto XVI llevó a cabo la dedicación del templo como Basílica. En realidad, lo más frecuente siempre ha sido continuar con el trabajo de construcción sin tiempo para muchas celebraciones. De todos modos, la finalización de la capilla central, dedicada precisamente a san José y primera parte del templo en ser construida, se quiso festejar con un acto oficial. Este tuvo lugar otro 19 de marzo, el de 1885. El archivo de la Sagrada Familia conserva un tarjetón que servía de invitación, ilustrado con los motivos que Gaudí había elaborado en esta capilla.
La devoción a san José también queda recogida en la simbología de las siete capillas del templo, dedicadas a los siete dolores y gozos del santo, entre los que se encuentran la Anunciación, que representa el dolor y el gozo simultáneos de san José por saber que tendrá un hijo pero que no será suyo; la huida a Egipto ante la cruel amenaza de Herodes de matar a los inocentes, junto con el gozo de haberse salvado al escapar; o la pérdida de Jesucristo en el templo de Jerusalén y el posterior reencuentro mientras hablaba con los maestros de la ley.
El nexo entre las obras de la Sagrada Familia y el Día de San José también se ve claramente en los documentos que iban recopilando la evolución de las obras. De hecho, para evaluar su progreso, se tomaba esta fecha como referencia. Así, se puede ver la evolución bianual de las obras de la fachada de la Pasión en este plano del año 1966, pero siempre de marzo a marzo.

INAUGURACIONES, PERO TAMBIÉN CELEBRACIONES
El vínculo de la Basílica de la Sagrada Familia con san José no se refleja únicamente en el protagonismo de esta figura en su interior, ni en el hecho de que el 19 de marzo fuese la fecha seleccionada para inaugurar partes del templo o evaluar el progreso de las obras. De hecho, parece ser que antiguamente los miembros de la asociación promotora de las obras se reunían siempre en esta fecha y, además, han sido varias las celebraciones especiales o misas solemnes que han tenido lugar en la Basílica el 19 de marzo a lo largo de los años.
Al buscar celebraciones realizadas en esta fecha, podemos recordar la conmemoración de los 75 años de la colocación de la primera piedra, el 19 de marzo de 1957. De esta efemérides se conservan fotografías de la misa solemne, con la presencia de todas las autoridades políticas y militares de la época, y también de la actuación de un coro. En el año siguiente, 1958, se aprovechó el Día de San José para colocar en la fachada del Nacimiento el grupo escultórico del pesebre, donación del Banco de Bilbao gracias a las aportaciones de sus trabajadores.
No obstante, la celebración más sonada fue la del centenario de la colocación de la primera piedra, en 1982. Este aniversario se quiso conmemorar no solo en el Día de San José, sino que se organizó una larga lista de actos que se iniciaron el 11 de marzo con un pregón en el Salón de Sant Jordi del Palacio de la Generalitat. Además, se constituyó para la ocasión un patronato de honor formado por las máximas autoridades, entre las cuales se encontraban el presidente de la Generalitat (por aquel entonces Jordi Pujol), el delegado del Gobierno en Cataluña o el alcalde de la ciudad, Narcís Serra. También formaban parte de este patronato muchos arquitectos locales e internacionales de reconocido prestigio y un consejo eclesiástico, al que pertenecían el obispo de Barcelona y los abades de Montserrat y Poblet.
Se llevó a cabo un simposio de conferencias de difusión del proyecto aprovechando la presencia de arquitectos como George R. Collins (Nueva York), Tokutoshi Torii (Japón), Jan Molema (Delft), Roberto Pane (Nápols) o Joan Bassegoda, de la Cátedra Gaudí, así como de los arquitectos directores de las obras, Isidre Puig Boada y Lluís Bonet Garí.
También se realizaron talleres de dibujo y visitas guiadas a las escuelas. El Día de San José se celebró con una misa solemne, la actuación de distintas corales y un desfile de los gigantes de Barcelona. Asimismo, se quiso festejar el centenario de la colocación de la primera piedra del templo con la colocación de otra piedra, en este caso conmemorativa del aniversario y de tipo monolito, en la puerta-reja de la fachada de la Pasión. Esta piedra cuenta con un tedero de forja en lo alto que se puede ver hoy en día desde la calle. Además, se presentó la escena de los Reyes Magos en la fachada del Nacimiento, se convocó una cuestación extraordinaria, se diseñó un sello oficial en la oficina central de Correos de Barcelona para celebrar la fecha y se editaron unas medallas conmemorativas con los rostros de Gaudí y Bocabella.
Durante el 125 aniversario de la colocación de la primera piedra, en el 2007, también se celebraron una serie de actos, entre ellos, una exposición divulgativa y una misa solemne. Más recientemente, en el Día de San José del 2015, se inauguró de nuevo la capilla de San José de la cripta, después de una restauración cuidada y precisa.
De este modo, el Día de San José supone una fecha estrechamente vinculada con el templo que nos hace recordar no solo el trabajo que se ha realizado desde la colocación de la primera piedra hace ya 136 años, sino, y en última instancia, el motivo por el que se continúa trabajando en la realización del sueño de Gaudí.