Nochevieja, festejada en todo el mundo, no siempre se ha celebrado el 31 de diciembre: en tiempos de los romanos, el año comenzaba en el mes de marzo, y es por ello que los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre tienen nombres que hacen referencia al séptimo, octavo, noveno y décimo mes del año.
Sin embargo, en el caso del año litúrgico, el inicio del año es justamente ahora, con el primer domingo de Adviento, que este año cae el 2 de diciembre; consecuentemente, el domingo anterior, el de Cristo Rey, cierra este año litúrgico, que Gaudí tuvo en cuenta en el templo de la Sagrada Familia.
En un artículo anterior hemos hablado en detalle de la generación geométrica de las columnas, pero como en aquel momento ya insinuábamos, además del intríngulis geométrico, matemático y numérico que hay en juego en su forma, las columnas del templo incorporan una significación que va más allá de su función sustentadora y estructural. Y es que Gaudí no solamente las relacionó con las diócesis del mundo y con los santos que las caracterizan, sino que dedicó cada columna a un domingo del año. Veamos cómo.
LOS PRIMEROS ESTUDIOS DE GAUDÍ
En el templo hay exactamente 56 columnas. En el ábside hay veinte: diez que conforman la girola que envuelve el altar y separa el presbiterio del deambulatorio, y diez más secundarias, en segunda fila, separando las capillas. En el crucero hay dieciséis: las de los doce apóstoles y las de los cuatro evangelistas. En cada transepto hay dos; y en la nave hay dieciséis más: la mitad flanqueando la nave central y el resto sosteniendo la grada de las cantorías y separando las naves laterales.
En un primer estudio publicado en los álbumes que detallaban el estado del proyecto del templo, se puede ver un plano que plasma la voluntad de Gaudí de poner en relación columnas y domingos del año. De este modo, las del ábside del lado de la fachada del Nacimiento se las dedica a los domingos de Adviento y de Navidad, y, más o menos simétricamente, en el lado de la fachada de la Pasión se encuentran las columnas que dedica a la Cuaresma y a la Pascua.
Sin embargo, en este primer esbozo no se seleccionan todas las columnas del templo y quedan sin dedicación las de la segunda hilera del ábside y de la nave, así como las dieciséis columnas del crucero. Ello lleva a Gaudí a asociar dos o tres domingos del año a cada una de las columnas elegidas; incluso hay algún domingo que queda situado, no en columnas, sino en pilastras del muro.
Además, en este plano también se ve la voluntad de Gaudí de destacar otros días del año litúrgico de especial relevancia, con independencia de que sean o no domingos. Entre estos días, se encuentra el de la Ascensión, que se celebra cuarenta días tras la Resurrección y que coloca en el lado de Pasión del transepto, o el de la Anunciación, que suele tener lugar el 25 de marzo y que sitúa en el del lado de Nacimiento. La proximidad al altar, a los ejes centrales o al crucero es, por lo tanto, un factor que el arquitecto tiene en cuenta para resaltar estas festividades importantes del año.
Conviene tener en cuenta, en cualquier caso, que el día de Navidad, tan importante, solo cae en domingo una vez cada siete años, y que, como acabamos de ver, hay muchas otras fiestas a lo largo del año, de suficiente relevancia como para tener dedicada una columna, que se celebran cuando caen, sean o no en domingo. De esta manera, nos encontramos que la relación de las columnas con las 52 semanas del año no resulta una cuestión sencilla. Es por ello que este estudio inicial ha ido evolucionando y que se han publicado varios planos con variantes de esta simbología que relaciona los domingos con las columnas.
SELECCIÓN DE DOMINGOS
Estos planos tienen en cuenta diferentes factores. Uno de ellos es el hecho de que, además de los domingos de Adviento, Cuaresma y Pascua, habitualmente quedan 33 domingos en el año, que se llaman del tiempo ordinario, repartido entre la Navidad y la Cuaresma, por un lado, y entre el Pentecostés y el Adviento siguiente, por el otro. Asimismo, hay festividades relevantes que suelen caer en días entre semana y a las cuales hay que ubicar en una posición coherente con su relevancia. Por ejemplo, al lado del ábside podría haber algunas relacionadas con la Virgen María, como la Asunción o la Inmaculada Concepción; la fiesta de San José podría estar cerca del Nacimiento, y las de la Ascensión o Corpus, en el lado de Pasión.
En cualquier caso, el fondo de la cuestión que tienen en común todas estas interpretaciones es la voluntad de representar en las columnas del templo los Evangelios que se leen en las celebraciones de todo el año, de manera que el visitante del templo que quiera hacer un camino espiritual pueda pararse en cada columna e identificar en ella la cita del texto correspondiente.
Sin embargo, si a los domingos del año se les añaden festividades relevantes como las mencionadas, harían falta más columnas y por lo tanto se entiende por qué hace falta duplicar, o triplicar, el nombre de domingos o festividades adjudicadas a una sola columna. A pesar de ello, es un hecho indiscutible que en el interior del templo hay 56 columnas, y que justamente son cuatro los evangelistas y 52 las semanas del año durante las cuales se leen sus Evangelios.
Así pues, la suma de evangelistas y domingos encaja perfectamente (52 + 4 = 56), como pasa con muchas otras cosas del templo. Y esta equivalencia numérica entre el número de columnas y las semanas del año pone en evidencia que las columnas se convierten en la manera de representar el año litúrgico que estrenamos justo ahora, y que Gaudí quiso tener presente asociando a las columnas los textos evangélicos que las llenarán de sentido.
¿Por qué la columna que Gaudí dedicó a la diócesis de Barcelona tiene en su cristal el símbolo y su nombre y en las que dedicó al resto de diócesis de España no, sino que el cristal está vacío?
Hola,
Gaudí relacionó las columnas con las diócesis del mundo, con los santos y santuarios que las caracterizan, y también con los domingos del año. En este artículo hemos explicado cómo distribuir en las columnas los evangelios que se leen los diferentes domingos y festivos del año. Los santos y los santuarios ya son representados en los vitrales que cada columna tiene más cerca, un desplazamiento fruto de la intención de poder ser más explícitos y extensos en las diferentes citas y también permite resaltar la modernidad arquitectónica de las columnas de doble giro de Gaudí, mostrando bien sin ocultaciones su generación geométrica. Aunque con los vitrales ya es bien representada la distribución del cristianismo en los cinco continentes, es cierto que existe la intención de utilizar las lámparas de las columnas para acoger los escudos representativos de las diócesis episcopales escogidas, y eso ya se ha iniciado en el transepto colocando allí, como quería Gaudí, las cuatro capitales catalanas; pero es claro que no hay espacio para todas las diócesis a las lámparas de las columnas, ya que no todas las columnas tienen lámparas. Es por ello que la simbología que falta a las columnas todavía está fase estudio Le animamos a seguir nuestro blog para estar informado
Saludos