Hoy se ha colocado la mortaja, el manto que cubría el cuerpo de Jesús, sobre el agujero de entrada del conjunto escultórico del Sepulcro Vacío, en la fachada de la Pasión.
Para la colocación de esta pieza, se ha utilizado una grúa propia. El manto, que está diseñado en tres piezas, tiene un peso total de 665 kg y, por el lado que será visible desde la calle, mide 1,25 metros de largo. Como el resto de esculturas del conjunto del Santo Sepulcro, es obra de Francesc Fajula, quien lo ha elaborado a partir de un manto real colocado sobre la roca en la que se sitúa el sepulcro.
Esta pieza era la última que faltaba por colocar en la fachada de la Pasión, cuya construcción se inició en 1954. En los últimos meses se han colocado el león, el cordero del sacrificio de Isaac, la escena del Santo Sepulcro con el ángel que anuncia a las tres Marías la resurrección de Jesucristo, y el conjunto escultórico de la Cruz Gloriosa, en la cúspide del cimacio.